Botiquín de primeros auxilios




Porque hay que comerse la bronca cuando los grandes no pueden resolver sus problemas y los que pagan son los más pequeños y llenarse de un botiquín lleno de mimos y comprensión, porque es la vida misma, hay que llenarse de coraje cuando tus hijos están dejando de ser niños y tienen que enfrentarse a ella. Hay que tener coraje para intentar no ponerle la mochila de rencor que venimos acarreando por no poder hacernos cargo de nuestra propia vida.
Cuando se están haciendo grandes y comienzan a enfrentarse a un mundo de adultos que no tiene rumbo claro, que culpa a otros por sus propias carencias, que no se animan a crecer. ¿ Cómo acompañarlos y enseñarles que el mundo de adultos es un buen lugar para estar?
Sacar del botiquín la mayor cantidad de comprensión, empatía, una buena dosis de asentir a la tristeza y al dolor dándole su buen lugar para que nos ayude a transitar mejor. Dos píldoras de aceptación una para cada uno. Y la mayor cantidad de abrazos que puedan existir. Los hijos son la grandeza más grande que tenemos las madres. Cuando les sucede algo que preferimos que fuera diferente porque les causa dolor, intentamos evitarlo y lo alargamos en el tiempo. Y el dolor por las decepciones, y otro montón más no lo podemos evitar. Aunque nos cueste y nos duela mucho, solo podemos acompañar y sacar del botiquín de amor los mejores recursos que podamos haber aprendido a lo largo de nuestra propia vida y transitando nuestros propios miedos, dolores, y nuestras propias decepciones. Dependerá mucho de ello el resultado y la felicidad futura de nuestros seres más amados.




desde adentro
@elpendulodenoel

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