En la panza de mamá



En la panza de mamá
Estamos seguros.
En la panza de mamá,
todo es un goce eterno,
calentitos y alimentados,
nadando al compás
de un corazón que late
en silencio.

Despacito nos formamos,
despacito al ritmo del universo,
y en cada célula divina,
sólo habita el amor verdadero.

Y de pronto, sin saberlo,
una fuerza nos empuja.
No sabemos hacia dónde,
y sentimos tal desconcierto.

Tan hermoso había sido
nadar en ese universo,
pero ahora no es lo mismo,
se avecina un sufrimiento.

Nos sentimos sin oxígeno,
la desesperación invade
lo que fue un mágico momento.

Debemos irnos muy rápido,
para poder contar el cuento,
el que se titula "vida",
y al que venimos en cada renacimiento
a aprender lo no aprendido.
Tarea difícil, pues se nos borra el conocimiento
cuando comenzamos a imitar actitudes
de aquellos que elegimos como maestros.

A medida que crecemos, hay destellos
de conocimiento a los que conviene
aferrarnos fuerte, porque son lo verdadero.
Sucede cuando recordamos sentir al corazón,
sucede al olvidarnos de la materia que hoy surgió.

Desaprender para aprender,
¡uh!, qué complejo nos parece.
Una luz nos guía siempre
cuando volvemos a sentirnos dentro.


@elpendulodenoel

Comentarios