El cascabel

Fotografía: Juan Ponte



Sábado a la noche, en una playa desierta me encontré de repente.
Sensación extraña, muy extraña, cuando percibí una inmensa soledad confundida con astucia en un sueño cotidiano.
Me pregunte varias veces que estaba pensando en ese momento y no supe responder.

Quizá, porque el no pensar, me había transportado estrepitosamente, en un instante muy inmediato a esa realidad que no podía distinguir.

Sólo percibía una intensa sensación de vacío. Pero vacío, vacío, como explicarlo; un completo y total vacío corpóreo y mental, tan así, como hubo de sentirse una botella.

Una, de aquellas de antaño, donde venía la leche y que nos gustaba embocarle piedritas de pedregullo; cuando de repente se mezclaba el sonido de la minúscula piedrecita atravesando el cuello ancho de la preciada botella y salir de esa concentración por el grito inesperado del abuelo: “no ensucien las botellas de leche gurises!!”

Así me sentía yo, en ese preciso instante como la preciada botella de leche que de repente unos gurises haciendo travesuras (lo más trivial de mi mente) comenzaban a embocar pedregullo (mis tontos pensamientos).

Pero para mi sorpresa en ese instante que aparecí en esa hermosa, apacible y desértica playa no le embocaban a ninguna piedrita y ahora que me doy cuenta me llena de felicidad, lo logré, al fin lo logré ese estado que tanto añore 20 décadas hacia atrás…

Ahora me pregunto por qué esto se llama cascabel? …me resuena que esa parte le toca a ustedes… :D

@elpedulodenoel

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